Cuida tu salud naturalmente.

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Conde Indiano

domingo, 27 de abril de 2014

Silencio en la Madrugá. José Manuel Pozo Indiano

Y llega la Madrugá, ella es el non plus ultra de la Semana Santa, finis terrae, hasta ahí llegó el amor de los sevillanos hacia Cristo y la Virgen. Nunca estuvimos tan próximos a la eternidad.

Sevilla


Dios baja a la ciudad, María esparce su gracia, se abre el alma ante tanta hermosura y el pensamiento nos llevará a muy profundas reflexiones.




Todo ello vivido y sentido a la manera de aquí. Madrugada con olor a humo de calentitos y a humo de incienso, tiempo misterioso y profundo capaz de dejar huellas de fervor que no borrará ni la muerte.

Sevilla



Porque en esas horas de tinieblas, en esa incertidumbre de la Madrugada, la vida se pasea por la ciudad disfrazada de primavera.

Sevilla




Ya no hay barreras. Se han roto las dimensiones, el tiempo no existe y no queda más espacio que el comprendido entre la Macarena y Triana, entre San Antonio Abad y el Valle y entre San Lorenzo y la Magdalena.
         Silencio, que no se oiga ni una leve brisa, que va  a pasar Jesús Nazareno. Una cruz en alto indica el camino y un cortejo fúnebre la sigue impasible, como si fuera una procesión del espíritu más piadoso de los siglos que labraron su historia. Mirando siempre al frente por derecho, hacia el infinito. Huele a azahar porqué detrás viene también una Virgen de la Concepción, anticipadamente defendida en su dogma.
Sevilla



A la una de la madrugada, la oscura plaza de San Lorenzo va a sr un estucho de terciopelo negro. Cuando se abran las puertas del templo al son de la solemne campanada que nos permitirá percibir en su interior todo un ascua de oro, un crisol que se funde entre el ansia y el amor de Sevilla.
 Un Templo que es Catedral del mundo y que guarda como un cofre de platino la Majestad y Omnipotencia de Dios en la imagen impresionante del Señor del Gran Poder.
         Abre marcha la cruz de guía, que por sí sola es una meditación con los instrumentos del martirio de Cristo: la lanza de Longinos, los duros clavos, la corona de espinas y tantos otros elementos que se unen a la Cruz del Salvador, como rindiendo tributo al mayor instrumento de dolor y sufrimiento de Cristo: la Cruz Defensora.
         Y ahí lo encontraremos cargado con ella, convirtiendo en calle de la amargura toda la madrugada.
 Lleva dibujados en su rostro los más crueles sufrimientos, tiene grabado en sus divinos ojos el dolor de quien no puede más y así y todo tiene la fuerza suficiente para mostrarnos el Gran Poder de su portentosa zancada. Milagro de la madera, inspiración divina, porque este hombre, tiene el Gran Poder de Dios, fuerza que no es física sino espiritual, fuerza que puede con todo, Poder que lo lleva adelante.


Tu Gran Poder Señor se nos adentra como un soplo de aire fresco en el corazón de todos en esa hora en que comienzan monjiles oraciones que harán temblar de envidia a los más delicados instrumentos musicales, en esa hora fría, desnuda y que- como todas- es tuya. Tú eres de Sevilla y Sevilla es tuya.
         Me comentó una anécdota un entrañable amigo, que vivió siempre en la collación de San Lorenzo; fue un algo estremecedor, de un pescadero de la Alameda, que cuando sintió acercarse la muerte, se preocupó que le preparasen la túnica y lo vistieran con el ruán negro y le colocaran el escudo bien visible para que cuando Dios le viera llegar con su túnica del Gran Poder, le pusiera sin dudar a su lado, diciendo “Este es uno de los míos”
         Sin mucha doctrina, aquel pescadero sabía lo más importante, que el Señor responde por los suyos. ¿Dónde se ha visto una fe semejante a esta?
Y el corazón de Sevilla se hará muda pregunta:
¿Por qué  en tu Rostro el Dolor?
¿Por qué crispadas tus manos?
¿Por qué Rey de Soberanos
Te vas cayendo Señor?
¡Si no lo puedo cree!
¡¡¡Que sólo un tosco madero
pueda con tu Gran poder!!!
El madero no vence
el madero no me humilla,
el madero me enaltece
siendo el Señor de Sevilla.

Cristo Vive
José Manuel Pozo Indiano


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lunes, 21 de abril de 2014

Badajoz Siglos de Historia .José Manuel Pozo Indiano

ANDAR POR BADAJOZ, ES UN GOZO


Con gran alegría ha sido en mi poder el núm. 33, Sep. Dic.  2013, del Boletín del Colegio de Agentes Comerciales de Sevilla y su Provincia y con ello he recibido la gran sorpresa de encontrarme con la colaboración de mi gran amigo José Manuel Pozo Indiano Andar Badajoz, es un gozo.
         Pozo Indiano es el hombre que goza al pisar una tierra, porque para mí, con sus sentimientos humanos capta lo que ve al momento.
         Aquí está mi gozo con su lectura: habla y escribe de Badajoz, precisamente de mi Badajoz, como el que habla y describe apasionadamente, como cualquier hijo apasionado habla de su madre. Dice lo que siente, lo que le sale del alma, y es que sabe lo que pisan sus pies y ven sus ojos y genialmente lo transmite a quién no lo ha visto.
         Habla de mi Badajoz, la tierra en la que yo nací. La tierra de la que he recibido lo que soy y lo que tengo, incluso siento el santo orgullo de haber sido agraciada por la llamada de Dios y por ello vivo felizmente en mi Monasterio de Santa Ana, de la Orden de Santa Clara. Amo entrañablemente  mi tierra bendita y de una manera especial mi Casco Antiguo,, en que nací y en el que vivo, a Dios gracias.
         De todo corazón felicito efusivamente a  José Manuel Pozo Indiano por descubrir tan acertadamente  los rincones de embrujo  de esta tierra tan mía. ¿Exagero…?, de ninguna manera. Él describe y habla de mi Badajoz acertadamente.
         En las conversaciones que sostenemos cada vez que viene a Badajoz y aprovecha visitarme, capto el gozo que tiene al pisar esta tierra badajocense tan llena de humanidad y acogedora al mismo tiempo.
         Tierra Badajocense, llena de humanidad y cariño para el que te visita. De tu sencillez se complacen tus visitantes. Así lo dice y lo ve, Pozo Indiano.
         Me complace leer cada artículo del Boletín del Colegio de Agentes Comerciales. De cada artículo saco mucho y bueno. A todos y a cada uno les felicito por su colaboración. Adelante.
Sor María Celina Sosa Monsalve, o.s.c.
Real Monasterio de Santa Ana
Badajoz


Badajoz Siglos de Historia




 “A mi amiga Rocío Biedma flor de Romero”
Jose Manuel Pozo Indiano

Capítulo I
El devenir de los siglos han depositado historia y arte,
entre callejuelas perfectamente entretejidas, como aquellos
poemas de Rafael de León, ¡que gran casco antiguo!,
¡que disfrute para el viajero!

Otros tiempos en las viejas crónicas, otros tiempos que
viven en estos; cuanta tradición, tiempos que enseñan y
cuentan con orgullo el legado recibido de una historia
viva, que dice líricamente como a orillas del Guadiana,
Badajoz se hizo sueño cruzado por un río de verdes ondulados...
sueño para disfrutar con los ojos muy abiertos;
sueño sonoro de azules claridades para escuchar
entre tañidos de campanas y el temple de una guitarra,
el cante de Porrina... sueño de pasear, de andar quedo
para mejor aprecio del paisaje... te miro y no me canso de
verte.


Verás, yo no vengo a cantarte lo que tú cantas mejor que
nadie, vengo a cantarte lo que en ti veo...
Sensaciones, recuerdos depurados para la historia, testimonios,
crónicas que se ajustan a los hechos de un pasado
que ayuda a mejor entender el presente. Recreo
lento de ayer, caminar acariciando el suelo de hoy, despacio,
muy despacio, casi de puntillas... así debe irse en
Badajoz donde tiene un sitio de privilegio el color y la
luz, bajo el cobijo de las azules bóvedas de su cielo de
cristal.
Siglos y siglos, aromas donde el azul se recrea con la
magia de la luz, sí, se adjetivizó contigo la luz, una luz
revestida de impolutos resplandores, pero siempre distinta.
Noviembre nos presenta una luz blanda y plomiza
con la tétrica solemnidad del catafalco; luces largas para
mayo, luces de verano temprano, luces de lento caminar,
con huellas de sol en cada paso lento, andar de noche
corta y cielo claro. Silencio compacto, galas, luz cuasi
tangible.


¡Que luz!, que gloria reconocerte... se hizo el tiempo de
la luz tangible. Esplendores de Catedral de un gótico tardío
con influencias lusitanas, armarios donde duermen
los enseres, claustro de bellísima armonía donde una lápida
evoca que allí reposan los restos del General Menacho
(aquel que se dejó la vida heroicamente en la
guerra de la Independencia, contra las huestes de Napoleón).
El Museo Catedralicio y el divino Luis de Morales,
probablemente el pintor que mejor reflejó el
sentimiento de la España renacentista. Sí, el pintor que
con cadencia nos acerca a lo sagrado... Piedad para la reflexión
y el rezo, el arte nos pellizca... la profundidad de
la luz penetra hasta las raíces del alma.Se pueden tocar
los relámpagos de la luz, para retroceder en el tiempo,
para viajar por la historia... otra pasión.
Era el año 875 cuando el muladí –cristiano renegado que
abraza el islam- Ibn Marwan funda la ciudad musulmana,
y será islámica casi cuatro siglos. A principios del siglo
XI el Reino de Badajoz se consideró como uno de los
más poderosos del territorio de los árabes en la península.
Limitaba con Galicia, León, Sevilla, Sierra Morena,
el Algarve (que significa al oeste) y el Atlántico.
Luego llegó la transición de los Almorávides (1095-
1148) que destacó por el fanatismo, la intolerancia religiosa
y la vida militar como protagonistas. Fue en el
preludio de la primavera del año 1230, cuando el rey Alfonso
IX de León conquista Badajoz para la causa cristiana.
Anteriormente había transcurrido la etapa Almohade
(1148-1212) y con ella el ocaso musulmán previó la llegada
de los leoneses, se significó por duras batallas y hechos
insólitos como alianzas cristiano-musulmanas,
frente al enemigo común portugués, que atacó la ciudad
hasta cuatro veces en la década de 1160-70 y que contabaen sus filas con el llamado Cid portugués, el legendario
Giraldo Sempavore.
Tras este primer encuentro con la historia, sigue
el transitar... ahora estamos en la plaza de Cervantes,
presidida por el excelso Zurbarán, tiene
este recinto el añejo sabor de su arquitectura,
donde destaca la parroquia de San Andrés, sede
del portentoso y estremecedor misterio del Descendimiento
(obra del insigne escultor sevillano
Antonio Castillo Lastrucci), y la bendita madre
de la Esperanza. También da cobijo a la Virgen
del Pilar, en otros tiempos ubicada en una hornacina
de Puerta Pilar.
En la torre los nidos de cigüeñas, la magia de
esos graznidos ponen la acústica en los blancos
amaneceres de brisa fresca bajo un cielo de aguamarinas.
Escuchar el latir del tiempo, tic-tac, tic-tac, el latido de
un corazón de metal, que recoge el momento, y en esto
se paró el reloj y el arte de unas instantáneas retratan a un
Badajoz único, profundo de humanidad, que a pesar de
la realidad del momento, sus gentes siempre tienen un
gesto amable, cordial, como los niños de Murillo.



La tradición define a los pueblos, es como la raíz que
confiere al árbol tanta mayor firmeza y robustez cuanto
más honda cala en la tierra. Un pueblo sin tradición y sin
historia es como un edificio sin cimientos, como un río
sin canal, como un hombre sin alma. Sin la base de la
tradición y las raíces es difícil ahincar en la profundidad
espiritual.
Ahora estamos entre aromas de canela, clavo y matalahúva,
son olores que hacen percibir la cercanía del Real
Monasterio de Santa Ana, lugar donde la Reina Ana de
Austria estuvo enterrada durante varios años hasta su
traslado al Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial.
Como recuerdo se permitió que las entrañas de la
reina quedaran en el monasterio pacense, donde permanecen
enterradas en el suelo del coro. Sabemos que la
reina Ana de Austria falleció estando embarazada, el 26
de octubre de 1580 en Talavera la Real, también debemos
saber que fue la cuarta esposa del rey Felipe II y
madre del rey Felipe III.
Desde Santa Ana a las Descalzas de la Merced, veréis,
sobre el convento de las Mercedes no existe ningún dato
fiable que avale la hipótesis de la fundación en 1317 por
el Obispo mercedario Fray Simón de Sousa. En aquel
siglo XIV, dentro de un marco dificilísimo, en especial el
último tercio de la centuria, Badajoz es una ciudad destruida
y despoblada, el castillo abandonado y la ciudad
atravesando la etapa más crítica de su historia. Cuentan
que en sus orígenes el referido cenobio tuvo otra ubicación,
hoy es junto con el referido de Santa Ana, las Carmelitas
y Adoratrices, uno de los cuatro que perduran de
los dieciséis que llegó a contar la ciudad. En las Descalzas
de la Merced, muy reducido en superficie con respecto a
otros tiempos, cabe destacar la capilla donde el recogimiento
será absoluto y musitaremos un credo ante Nuestro
Padre Jesús de la Espina y una Salve ante la Señora de
la Amargura; además reflejar que la capilla conserva el
enterramiento del Conde de Torre del Fresno. Entre ecos
de campanas que evocan aquellos tiempos…
Cabe destacar la presencia de San Pedro de Alcántara
(1499-1562) en el convento franciscano de San Gabriel;
así como hay que subrayar la estancia de Fray Luis de Granada
en el convento dominico de Santo Domingo, donde
escribió parte de su libro de las Predicaciones.
Por la comercial calle Menacho, templando sobre los pies,
buscaremos el camino más corto para llegar al paseo de
San Francisco (lugar de ubicación del antiguo convento de
los franciscanos). Aquí haremos un alto para recrear la mirada
en la cerámica de los bancos, que plasman un conjunto
de hechos de la llegada de los españoles a las Indias
occidentales, que bien merecen ser cantados épicamente.
Navegar por sus calles, que gozo, entre descriptivos azulejos,
hasta desembocar en el puerto de la plaza de España,
y allí siempre presente “El Divino” Luis de Morales, muy
cerca del antiguo café Victoria, todo un piropo de amor.


La calle San Juan (comercial por excelencia, nostalgia de
otros tiempos) nos indica el camino a través de empinadas
callejuelas hasta la plaza Alta, que bien escoltada está por
la Albarrana torre de Espantaperros, de 30 metros de altura,
en otros tiempos ayuntamiento, cárcel, hospicio, escuela...
Los rayos del sol entran oblicuos tras la alcazaba,
del siglo IX, aunque su actual estructura es almohade del
siglo XII, situada en el Cerro de la Muela. Su perímetro es
rico en torres albarranas y preciosas puertas, que en volandas
del júbilo nos trasladan a otra época.




En su interior encontramos
el palacio de los Condes de la Roca, siglo XVI
(actual museo arqueológico provincial), que fue construido
sobre la principal mezquita y el palacio de la dinastía Aftasida.
Continuara

José Manuel Pozo Indiano





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