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Conde Indiano

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Libertad iluminando al Mundo . II






Antonio Pozo Indiano

La Libertad en Fort Wood

La historia de este monumental  símbolo  de  hermandad entre todos los hombre del mundo había concluido ya.

Pero en los Estados Unidos  se había desarrollado  toda una serie de acontecimientos  paralelos cuyo final estaba lejano.

Quizás el acontecimiento más extraordinario  de todos aquellos relacionados  con la historia de la  Estatua  de la Libertad  sea la reticencia  de las instituciones  y el pueblo norteamericano  para aceptar el regalo .
El Comité  Americano  tuvo que sudar bastante  para convencer al Congreso no sólo de la aceptación  de la estatua sino también de la concesión  de un emplazamiento adecuado  y de la asunción de todos los gastos  provocados por el mantenimiento  de las posibles reparaciones  del monumento . No deja de ser curioso  que semejante compromiso  no fuera ratificado antes de 1877 , cuando las labores  del escultor francés  y su equipo estaban  ya sumamente avanzadas . En cuánto el emplazamiento  se decidió  que sería aquel  por el que Bartholdi  había manifestado mayores preferencias .   Fort Wood , antigua batería militar  que recientemente había perdido  su carácter  de tal,  situada en la isla  Bedloe  , frente al puerto de Nueva York , aunque rodeada  por aguas territoriales  del Estado de Nueva Jersey .

 A pesar de todo , los preparativos  norteamericanos iban muy retrasados  respecto al calendario previsto por Francia , fundamentalmente  por el extrañamente  escaso entusiasmo  que el proyecto de Laboulaye  había alcanzado entre la población de su admirado país . Entonces entró juego una figura que resultaría  fundamental para la feliz culminación del proceso , Joseph Pulizer , propietario y director  del periódico  “  The ( New York )Word “ , que en Marzo de 1885  cuando parecía  que no se iba a poder llegar  a tiempo relanzó  una magníficamente  planeada campaña  propagandística  continuación de su anterior  planteada en 1883  si excesivo éxito  que esta vez sí resultó  efectiva  proporcionando la mayor parte de los fondos  necesarios para la terminación del pedestal , obra del arquitecto americano  Richard Morris Hunt , que había concebido  una gran base de granito  y hormigón de 27 metros de altura  levantada sobre unos macizos cimientos de hormigón  que penetran 6 metros en el interior  del antiguo fortín  de principios del siglo XIX.


Cunado finalmente la estatua llegó a Nueva York , fue necesario  todo el verano  para montarla  de nuevo , tarea por cuya precisión  veló el propio
Bertholdi que había viajado con su obra . La gran aventura  terminó por fin el 28 de Octubre  de 1886 , cuando después de que el  artista  en persona despojara los paños  que la cubrían  , el Presidente Grover Cleverland  aceptó  y agradeció oficialmente el regalo  de los franceses ante una  nutrida  representación diplomática  de este último país , desplazada  expresamente a Nueva York  para la brillante ceremonia. Solamente  hubo una triste ausencia  en la espectacular inauguración.  Cuando Fernando de Lesseps , autor del proyecto del canal de Suez  y presidente del Comité  franco-americano , pronunció el discurso  de inauguración , todos los presentes recordaron la figura de Eduard de Laboulaye , que , después de haber imaginado  el símbolo  que a partir  de aquel momento  representaría en todo el mundo  a Nueva York  y a todos sus Estados hermanos , después de haber entregado la mitad de su vida  al noble proyecto  de levantar un monumento  a la libertad  de todos los humanos  y a la unión universal  de todos sus pueblos , había muerto en París  en 1883 ,víctima de un despiadado destino  que le impidió culminar la obra  de su vida , el mayor homenaje a la Libertad y la Justicia .


Fin


                                                   Vivir es Convivir

                          Grupo de Empresas Hacendado Conde Indiano