¡OH! MADRE DE VILLAVICIOSA,
CANDIDA Y PURA
Eres
azucena inmaculada, con aroma de Amor
Azucena
en la que Dios se ha plantado
Azucena
de amor que concibe
En
el huerto regado por el Espíritu
Te
penetra el Sol que da vida
Eres
eterna y primorosa primavera
Que
renuevas día a día la tierra, fecundándola
¡Oh!
MADRE DE VILLAVICIOSA,
Al
abatido consuelas con Amor,
Al
que lloras consuelas con besos
Al
que se pierde buscas como Madre
Es
tan grande tu silencio sonoro, transformado
En una bella sinfonía que deleita
Ese
silencio que como una brisa,
Traspasa
el alma que te necesita.
Remontas
las alturas como el águila,
Al
verte las nubes se deleitan con tu rostro
Eres
pura cadena de Amor sosegado
Tu
rostro me hace prisionera, de tu hermosura.
Floreces
cada día como el almendro
Estalla
en Ti la Vida
Eres
Esposa del Espíritu Santo
Traes
al mundo el Amor, dejándole
Que
izando velas, zarpara al mundo
Guiándole
a su destino, a buen puerto
En
El está la clave, el destino de tus hijos
Madre de Villaviciosa.
A mi Virgen de Villaviciosa
¡Oh! MADRE DE VILLAVICIOSA,
Al abatido consuelas con Amor,
Al que lloras consuelas con besos
Al que se pierde buscas como Madre
Encarnación
Navarro Martínez
Presidenta del Ateneo Cultural y
Solidario de Sevilla
Crestomatía del Conde Yndiano de Ballabriga