Antonio Pozo Indiano
En la fiesta litúrgica de San Esteban
Francisco rezó a mediodía el Ángelus con miles de fieles y peregrinos, a
quienes les dijo que la actitud del primer mártir que imita fielmente a Jesús,
es una invitación a acoger con fe de las manos del Señor lo que la vida nos
reserva de positivo y también de negativo
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
26-12-2018
Tras la solemnidad de la Navidad del Señor, en que el Papa Francisco
dirigió al mundo el tradicional Mensaje navideño con su bendición apostólica
“Urbi et Orbi”, en la fiesta litúrgica de San Esteban, primer mártir, el Obispo
de Roma volvió a encontrarse con los miles de fieles y peregrinos que se dieron
cita a mediodía en la Plaza de San Pedro, deseosos de escuchar su comentario al
Evangelio y rezar por sus intenciones de Pastor de la Iglesia universal.
“La alegría de la Navidad inunda aún nuestros corazones”. Con estas
palabras el Papa Francisco comenzó su alocución antes de rezar a la Madre de
Dios, destacando que sigue resonando el “maravilloso anuncio” del nacimiento de
Cristo, que trae la paz al mundo.
En efecto – dijo Francisco – en este clima de alegría celebramos hoy la
fiesta de San Esteban, diácono y primer mártir. Y explicó que podría parecer
extraño acercar la memoria de este Santo al nacimiento de Jesús, porque surge
el contraste entre la alegría de Belén y el drama de Esteban, lapidado en
Jerusalén durante la primera persecución contra la Iglesia naciente.
En realidad no es así – prosiguió explicando el Papa – porque el Niño Jesús
es el Hijo de Dios hecho hombre, que salvará a la humanidad muriendo en la
cruz. Y ahora lo contemplamos envuelto en lienzos en el pesebre; mientras
después de su crucifixión será envuelto nuevamente por lienzos y colocado en un
sepulcro.
San Esteban, el primero en seguir las huellas del Maestro
Y añadió que San Esteban fue el primero en seguir las huellas del divino
Maestro con el martirio, quien murió como Jesús encomendando su vida a Dios y
perdonando a sus persecutores. De hecho, Francisco recordó que mientras lo
apedreaban decía: “Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Palabras similares a las
de Cristo en la cruz: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
De modo que – como dijo el Obispo de Roma – la actitud de Esteban que imita
fielmente el gesto de Jesús, es una invitación dirigida a cada uno de nosotros
a acoger con fe de las manos del Señor lo que la vida nos reserva de positivo y
también de negativo.
Sí, porque aunque nuestra existencia esté marcada no sólo por
circunstancias felices, sino también por momentos de dificultad y desconcierto,
la confianza en Dios nos ayuda a coger los momentos fatigosos y a vivirlos como
una ocasión de crecimiento en la fe y de construcción de nuevas relaciones con
los hermanos. “Se trata – dijo textualmente el Papa – de abandonarnos en las
manos del Señor”, sabiendo que es “un Padre rico de bondad hacia sus hijos”.
La segunda actitud con que Estaban imitó a Jesús en el momento extremo de
la cruz – puntualizó el Santo Padre – es el perdón. En efecto, no maldijo a sus
persecutores, sino que rezó por ellos. Por esta razón Francisco afirmó que
“estamos llamados a aprender de él a perdonar siempre”.
El perdón ensancha el corazón, da
serenidad y paz
El perdón ensancha el corazón, genera
participación, da serenidad y paz. De ahí que el protomártir Esteban nos indica
el camino que debemos recorrer en las relaciones interpersonales en la familia,
en los lugares de la escuela y del trabajo, en la parroquia y en las diversas
comunidades.
“La lógica del perdón y de la
misericordia siempre es vencedora y abre horizontes de esperanza”, dijo el Papa
al concluir, antes de invitar a invocar la intercesión de la Virgen y de San
Esteban, para que nos ayuden a encomendarnos siempre a Dios, especialmente en
los momentos difíciles, y para que nos sostenga en el propósito de ser hombres
y mujeres capaces de perdón.
Ángelus del Papa: Confiar en Dios y
perdonar, como Esteban, a imitación de Jesús
En la fiesta litúrgica de
San Esteban Francisco rezó a mediodía el Ángelus con miles de fieles y
peregrinos, a quienes les dijo que la actitud del primer mártir que imita
fielmente a Jesús, es una invitación a acoger con fe de las manos del Señor lo
que la vida nos reserva de positivo y también de negativo
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del
Vaticano
25-12-2018
Crestomatía : Antonio Pozo Indiano.
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