Antonio Pozo Indiano
Muchas de nuestras costumbres
sociales son en realidad de respeto y humildad. Hay todo género de
expresiones corporales que indican quién es inferior en una determinada situación.
Todos nos hallamos familiarizados con las formas tradicionales de deferencia : los actores , inclinándose
ante el público ; hombres y mujeres
haciendo una reverencia ante un
monarca y las personas que se arrodillan
para rezar . También se inclinan , cuadrándose , los porteros de los grandes hoteles y los dependientes de tiendas anticuadas .
Algunos hombres se descubren en
presencia de una mujer . Este tipo de gestos
de “ rebajamiento” nos conducen a un aspecto básico de la comunicación a
través de la expresión corporal : el
instinto de hacernos físicamente más
pequeños para parecer humildes. Según
los expertos , realizamos entonces un
gesto de apaciguamiento , garantizando a los agresores potenciales que no ofrecemos ninguna amenaza.
Habitualmente la conducta de sumisión puede reflejarse perfectamente
en la apariencia de una persona . Cuando vemos en la calle a alguien que anda con los hombros
caídos y la cabeza inclinada , sentimos
instintivamente que es un “perdedor “ .
Probablemente ha estado dominado durante
años y gradualmente ha llegado a
considerarse a si mismo subordinado a otras personas. Inconscientemente revela su
sentimiento , encogiendo su cuerpo para
parecer más pequeño y nosotros
reaccionamos inconscientemente ante la imagen que ofrece.
Pero si empequeñecerse es una forma de denotar humildad , ¿ cuál es
la razón de que una persona se yerga cuando alguien más
importante penetra en la misma
habitación ?. La razón reside en la
tradición social básica , según la cual
sólo las personas superiores pueden aparecer relajadas en presencia de otros . Ello explica por qué
resultan a menudo incómodos los gestos tradicionales de humildad , como
el arrodillarse . Son gestos apropiados
exclusivamente para una persona de baja
condición.
Crestomatía :
Antonio Pozo Indiano
Mi abuelo siempre decía :
Toma el zumo de un limón +el zumo de dos naranjas
diariamente , diluido en un vaso durante
60 días descansa 30 días y vuelve a
repetir el tratamiento. Tu Salud te lo agradecerá.
Mi Abuelo cuidaba nuestra Salud Naturalmente.
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