Antonio Pozo Indiano
De Fernando III el
Santo, rey de Castilla (1217-1252) y de León (1230-1252), conocemos casi todo
lo fundamental, especialmente en su vertiente más sevillana. Además, ya desde
el mismo siglo XIII, muy poco tiempo después de su muerte, acaecida en el viejo
Alcázar hispalense el 30 de mayo de 1252, cronistas áulicos, historiadores e
investigadores diversos, clérigos y laicos, nos han transmitido con especial
interés las brillantes campañas militares fernandinas por Andalucía -sobre todo
la conquista de la ciudad de Sevilla el 23 de noviembre de 1248- y las virtudes
políticas, morales y religiosas de un monarca ejemplar ya en su propio tiempo,
con fama popular de "santo" incluso mucho antes de ser elevado
oficialmente a los altares por el papa Clemente X el 4 de febrero de 1671. Hoy
en día, en pleno siglo XXI, y en un mundo como el nuestro plenamente
mercantilizado y globalizado parece de justicia rescatar el "modelo socio-
político" de un monarca cristiano y singular de la historia del Reino de
Sevilla. En este sentido, es preciso insistir en los valores éticos de Fernando
III. Y para ello nada mejor que acudir a la descripción que realiza su hijo,
Alfonso X, el Sabio, quien abunda especialmente en sus muchas cualidades
morales en el llamado Libro del Setenario, escrito en la ciudad de
Sevilla. Para el rey Sabio, su padre fue ante todo un hombre que hablaba y
razonaba con corrección y que gozaba de principios nobles y discretos en el
comer, beber y dormir. Le gustaban los ejercicios físicos propios de su condición
-andar, cabalgar y cazar- y también los torneos caballerescos. Asimismo,
Fernando III disfrutaba con los juegos de tablas, practicando las damas y el
ajedrez con su familia, a la que mucho admiraba y quería. Por último sabemos
que al rey de Castilla le fascinaba la música cortesana y sobre todo religiosa,
lo que aprendió, sin duda, de su madre, la reina doña Berenguela. El semblante
ético y moral del rey -también del hombre- fue destacado por su hijo explicando
curiosamente el significado de las letras que integran su nombre Ferrando,
escrito en forma acróstica:
F, de fe.
E, de entendimiento
para conocer a Dios.
RR, de reciedumbre de
voluntad y obras para derrotar y castigar a los enemigos de Dios y a los
malhechores de su pueblo.
A, de amigo de Dios.
N, de nobleza de
corazón en todas sus empresas y con sus vasallos.
D, de derecho, fiel y
leal en palabras.
O de ombre (sic.
hombre) de buenas maneras y costumbres.
El perfil de un
hombre extraordinario del siglo XIII, con fama de santo ya en vida en la ciudad
de Sevilla, se cierra con sus devociones religiosas tan destacadas y
continuadas en gran medida por su propio hijo Alfonso X. Fernando III fue muy
devoto de Santa María. Y a la que dedicó todas las mezquitas mayores de las
grandes ciudades que conquistó y cristianizó en Andalucía, como se reflejan
también en Las Cantigas de Santa María de Alfonso X. Por
ultimo, como buen hispano del siglo XIII, en plena expansión militar frente al
Islam, fue un gran defensor del culto a Santiago. Pero Fernando III actúa muchas
veces movido por dos principios religiosos. En primer lugar, privados, el
perdón de sus pecados y la salvación de su alma; y en segundo lugar -o casi al
mismo tiempo- públicos; la defensa de la Cristiandad, de los reinos de Castilla
y León. En este sentido, la vindicación de San Fernando, no sólo como soberano
cristiano honesto y fiel para con sus muchos vasallos y súbditos de otras
religiones toleradas; sino también como rey justo, leal, humilde y sobre todo
clemente y compasivo siempre con todos, con los judíos y muy especialmente con
los musulmanes andaluces, los mudéjares sevillanos sometidos gozaría, hoy por
hoy, de una enorme fortuna historiográfica, amen de una notable actualidad
ideológica contemporánea fundamentada por el saberse y sentirse ante la
sociedad política de su tiempos hasta su muerte "Rey de las Tres
Religiones".
Ningún monarca
cristiano anterior a Fernando III llegó a reinar sobre un territorio tan vasto
y con ciudades tan importantes en las que cristianas, judías y musulmanes
coexistían pacíficamente por imperativo del propio monarca. Por su magnanimidad
y lealtad para con los mudéjares vencidos y también para con los hebreos, el
rey de Castilla fue siempre admirado y reconocido por casi toda Europa. En este
sentido, su buena fama de hombre "santo y justo" llegaría a mediados
del siglo XIII, al remoto monasterio inglés de St. Albans, próximo a Londres,
en donde un modesto monje, llamado Mateo Paris, subrayaba con elocuencia que:
"El ilustre rey de Castilla, que se llama de toda España por causa de su
eminencia, después de sus famosas hazañas y grandes conquistas, emprendió el
camino de todos los mortales".
A nuestro modo de ver
aquí radica lo novedoso y la actualidad del pensamiento sociopolítico de
nuestro "Santo Rey Conquistador" más de setecientos cincuenta años
después. A saber, en la proyección de una Andalucía en la que la coexistencia,
la tolerancia y a la vez hasta la convivencia de cristianos, musulmanes y
judíos, cada uno en sus respectivos ámbitos de ocupación socioprofesionales, no
eran del todo completamente antagónicas, sino permisible. La paz fue posible en
Andalucía, en Sevilla, reinsertada ahora en 1248 y para siempre por Fernando
III en Europa Occidental. Y eso nunca deberíamos olvidarlo todos los
sevillanos.
MANUEL
GARCÍA FERNÁNDEZCATEDRÁTICO DE HISTORIA MEDIEVAL EN LA
UNIV. DE SEVILLA30 Mayo, 2019 - 07:04h
DIARIO DE SEVILLA
HEMEROTECA DEL CONDE
YNDIANO DE BALLABRIGA
Cuida tú Salud
Naturalmente
El Mango mejora nuestra
calidad de vida
El mango
es sobre todo una fruta con un gran poder antioxidante, pues posee cantidades
significativas de los 3 nutrientes antirradicales libres más importantes:
vitaminas C y E y betacaroteno (provitamina A).
Fruto del árbol Mangifera indica, de la
misma familia botánica que el anacardo y el pistacho, es originario de la
región a los pies de los
Himalayas, en el noroeste de la India, aunque encontró
tierra fértil en todo el sudeste asiático, donde se cultiva desde hace más de
4.000 año. Desde allí se ha extendido a todas las zonas cálidas del planeta de
la mano de monjes budistas y de comerciantes persas, portugueses, españoles e
ingleses.
Casi todos los idiomas han
incorporado a su vocabulario una derivación de la tamil (lengua del sudeste
indio) "mangkay",
que los portugueses transformaron en "manga" y los ingleses en
"mango". Sin embargo, en la India se le conoce por el término hindi
"aam", que significa "común".
Fruta
nacional de la India
No es extraño, pues es una
fruta ubicua en el subcontinente, donde se produce tanta cantidad de mangos
como del resto de la fruta junta.
Se estima que la India
produce dos tercios de los mangos del mundo, unos 14 millones de toneladas
anuales. Es por tanto el fruto nacional y está vinculado a mil y una leyendas.
La más celebre es la que lo
relaciona con Siddharta Gautama, Buda, a quien se le representa casi siempre a
la sombra de un mango de lozanía perpetua (el árbol puede alcanzar 40 metros de
altura y 10 de anchura).
La razón es que Buda alcanzó la iluminación bajo un mango, al
que desde entonces se conoce como "el árbol de la sabiduría" o
"bodhi".
Propiedades del mango
El mango destaca por el
conjunto de nutrientes y sustancias antioxidantes que se hallan en su
composición.
Vitaminas C
y A
Una sola pieza de 200 g
aporta la cantidad diaria recomendada de vitamina C (unos 60 mg) y el 60% de la
vitamina A, en forma de betacaroteno. El mango es una de las fuentes más
importantes de este nutriente.
Es un alimento ideal para las
personas que tienen intolerancia a ciertas frutas y verduras o que tienen el
estómago delicado, y es que contiene una enzima similar a la de las
papayas que ayuda a tener una buena digestión. Es
recomendable su consumo después de las comidas, ya que nos ayudará a agilizar
el proceso digestivo.
Mucha gente siempre ha
considerado el mango como un aliado para luchar contra la caída del pelo y las
enfermedades de la piel, y es que su alto contenido en vitamina
B ayuda a que nuestra piel esté en perfectas condiciones,
lo mismo que nuestro pelo que crecerá con más fuerza. Además, es un aliado para
que el metabolismo y el sistema nervioso funcionen correctamente.
Lo podemos encontrar en
cualquier frutería, y se puede comer crudo o preparado de diferentes maneras,
ya que por su sabor es un ingrediente ideal para cualquier plato. Cuando
está verde su contenido en azúcar disminuye, por lo que es
recomendable en dietas de diabéticos. En este caso se prepara triturado como un
vegetal más en ensalada o su zumo se usa para sustituir al limón o vinagre en
ensalada porque es ácido al gusto.
Sea como sea, el mango es un
aliado tanto para cuidarnos por dentro como por fuera, y es que su semilla se
usa como exfoliante, al igual que la manteca de las
semillas que se usa como ingrediente de jabones y champú para dotar a nuestro
cuerpo de los nutrientes necesarios para estar saludable.
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