La URBANIDAD es prudencia, la DESCORTESÍA es una estupidez. Crearse enemigos tan inútilmente y con tanta ligereza es un delirio , como prender fuego a su propia casa.
La Cortesía es, como las fichas de juegos , una moneda notoriamente falsa. Ser económico de esta moneda es carecer de Talento; por el contrario , prodigarla es dar prueba de sentido común.
“ Quien no estima, llega a ser estimado “.
Si alguien tiene mucho valor real a nuestros ojos , es preciso ocultárselo, como si fuere un crimen.
“ Ni amar ni odiar “ es la mitad de la prudencia humana . “ No decir nada ni creer nada” es la otra mitad. Pero , ¡ con qué placer se vuelve la espalda a un mundo que exige semejante cordura¡.
Los AMIGOS se dicen Sinceros ; ¡ los ENEMÍGOS sí que lo son ¡ Por eso debiera tomarse la crítica de éstos como una medicina amarga , y que aprender por ellos a conocerse mejor.
La diferencia entre la VANIDAD y el Orgullo está en que el orgullo es un convencimiento absoluto de nuestra superioridad en todas las cosas. Por el contrario la Vanidad es el deseo de despertar en los demás esta persuasión , con una secreta esperanza de dejarse a la larga convencer a sí mismo. El Orgullo tiene, pues, origen en un convencimiento interior y directo que se tiene de su propia valía . Por el contrario la Vanidad busca apoyo en la Opinión Ajena para llegar a la propia ESTIMACIÓN. La Vanidad hace PARLANCHÍN ; el Orgullo hace SILENCIOSO.
El ORGULLO tiene sus raíces en nuestra propia convicción y no depende de nuestro capricho , lo mismo que cualquier otro conocimiento . Su peor ENEMÍGO , su más grande obstáculo , es la VANIDAD , que solicita los aplausos ajenos más que para formarse un elevado concepto de sí mismo al paso que el Orgullo hace suponer que este sentimiento está ya enteramente consolidado en nosotros.
La Vanidad hace PARLANCHÍN ; el Orgullo hace SILENCIOSO.
ResponderEliminarArthur Schopenhauer